

Hoy me voy a referir a uno de los puntales de la política exterior de nuestro querido y bien amado rey Alfonso X ‘el Sabio’, la conquista africana.
Era ésta una misión que venía auspiciada por la iglesia con la finalidad de proteger a la población cristiana que residía en el norte de África. Esa cruzada africana ya había sido contemplada por el rey Fernando III ‘el Santo’ y, tras su muerte, será su hijo y sucesor D. Alfonso X quien retome lo que en su día se conoció como el ‘fecho de allende’.
Para llevar a cabo dicha empresa, lo primero que se necesitaba era una armada, por lo que en 1252 Alfonso X manda construir en Sevilla el insigne edificio de las Atarazanas Reales, en el solar que ya ocupó en época almohade una ad-dar as-sina’a o astilleros, para la construcción principalmente de Galeras.
Dentro de esos planes de conquista se incluye la expedición bélica contra el puerto africano de Salé en 1260, para cuyos preparativos Alfonso X se trasladó en numerosas ocasiones a la antigua ‘Alcarate’, hoy conocida como el Puerto de Santa María, población cuya entrega demandó dicho año al alguacil moro de Jerez, aunque ya desde 1253 estos lugares habían sido de forma oficiosa ocupados por los cristianos. Las bondades de estas tierras subyugaron a nuestro rey, esta dilección quedó reflejada en la arquitectura, la política y la cultura, buena muestra de ello es el cuerpo de veinticuatro cantigas dedicadas a dicha villa en ‘Las Cantigas de Santa María’
Desde ese momento, el Puerto de Santa María o Santa María del Puerto, quedará ligado a algunos de los hitos históricos más importantes de nuestra historia: allí se alojará el almirante Don Cristobal Colón, allí se pertrechó la Santa María, propiedad del marino Juan de la Cosa, que en 1500 en el Puerto de Santa María fecha el primer mapamundi que incluye América

Hoy en día su nombre evoca playas infinitas de blancas arenas bañadas por las límpidas aguas de ese océano que tanto significado tendrá para con su historia, una gastronomía basada en productos de primera calidad como lo son sus mariscos, o las numerosas bodegas que allí se irán estableciendo a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Querido lector, no me ha sido fácil ligar en tan poco espacio unos hechos y lugares que tanta historia encierran..Por ello si le ha sabido a poco, ya sabe, escríbame y organizaremos una visita para disfrutar de todo ello y mucho más.
Desde Sevilla, os envío un abrazo de corazón.